Antonio Arenas Alonso, Ingeniero del ICAI, ha sido elegido premio Javier Benjumea en su vigésimo octava edición.
El Jurado del premio ha fallado concederle este premio por su intensa dedicación a lo largo de toda su carrera profesional en la ETS de Ingeniería ICAI y la Universidad Pontificia Comillas al mantener el prestigio de la Escuela a través de su buen hacer como profesor, como gestor y como investigador, demostrando un gran espíritu de servicio. Antonio es una persona muy querida entre los ingenieros de ICAI por su cercanía e identidad con el colectivo, su constante implicación y su alto nivel de compromiso con la profesión.
Antonio, ingeniero técnico industrial del ICAI de la promoción de 1970 e ingeniero industrial de la promoción de 1983, comenzó su andadura profesional con 15 años desde el escalón más bajo posible, como aprendiz en la fábrica Experiencias Industriales, en Aranjuez (actualmente del grupo Indra). A la vez fue desarrollando sus estudios de tornero y maestro industrial en la escuela de formación profesional Loyola, también en Aranjuez.
Con 19 años se desplazó a Madrid donde estudió Ingeniería Técnica Industrial (especialidad Construcción de Maquinaria) en ICAI mientras, a la vez, comenzaba su labor como docente en las Escuelas de Formación Profesional Padre Piquer, Madrid desde 1966 a 1970.
Ya como ingeniero técnico, en ese último año comenzó a trabajar como profesor en ICAI, donde continuaría de forma casi ininterrumpida hasta su jubilación por enfermedad en el año 2010. A lo largo de esos años fue completando su formación, alcanzando el título de ingeniero industrial en 1983 y, posteriormente, siguiendo el programa de doctorado hasta obtener el título de doctor. En el momento de su jubilación, había alcanzado la categoría de Profesor (Propio Agregado) además de haber realizado numerosas tareas de gestión en la universidad, incluida la de Vicerrector.
Es destacable también la realización durante 3 años de una comisión de servicios ejerciendo de Jefe de Garantía de Calidad en Fabricación en la construcción de la Central Nuclear de Trillo, que le permitió tener una vivencia como ingeniero desde la actividad no universitaria.
Ha ocupado en ICAI y en la Universidad numerosos puestos de gestión en los que ha destacado siempre por su afabilidad, su buen hacer y capacidad de trabajo.
Antonio ha sido Jefe de Estudios y Subdirector en la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Industrial, Jefe de Estudios y Subdirector en la ETS de Ingeniería Industrial, Director del Departamento de Fluidos y Calor, Director de la Cátedra Rafael Mariño de Nuevas Tecnologías Energéticas, Director del Departamento de Ingeniería Mecánica y Vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado.
A lo largo de los años ha impartido numerosas asignaturas como Turbomáquinas térmicas e hidráulicas, Mecánica de fluidos, Termodinámica. Potencia Fluida o Medidas mecánicas. Ha publicado numerosos artículos y ha liderado numerosos proyectos especialmente en el campo de la termoelectricidad y sistemas de conversión eficiente de energía, culminando varios de ellos en el desarrollo de patentes.
Después de su recuperación de la enfermedad que puso fin a su etapa en activo, ha seguido trabajando, siendo especialmente notable su incansable labor por aumentar la dignidad y poner en valor los estudios de formación profesional, especialmente su relación con las salidas universitarias. Este trabajo le ha llevado a tener una notable visibilidad por sus publicaciones, realizando además tareas de asesoramiento.
En esta misma línea, viene organizando de forma muy activa tareas de promoción de los estudios técnicos y disciplinas STEM desde la Asociación de Ingenieros del ICAI y en el Instituto de la Ingeniería de España, donde ocupa el puesto de vocal del Comité de Universidad, Formación y Empresa.
A día de hoy sigue publicando números y rigurosos artículos en la revista Anales, desde la que sigue compartiendo su conocimiento con el colectivo de ingenieros del ICAI.
Como conclusión, se puede decir que su labor en ICAI a lo largo de todos sus años de profesión ha sido fundamental para configurar la institución que hoy es.
En cuanto a sus ámbito personal, la trayectoria de Antonio representa desde sus inicios un camino marcado por el esfuerzo y el espíritu de superación junto con su compromiso con la profesión y su espíritu de servicio, valores totalmente en línea con los que encarna el colectivo de ingenieros del ICAI, con el que siempre se ha sentido muy unido a través del Colegio y la Asociación. Es muy destacable, además, que siempre ha desarrollado sus tareas de forma incansable, con ilusión y disfrutando de su trabajo, siguiendo su visión cristiana de la vida.
Es una persona muy querida y respetada por todos aquellos que han tenido relación con él a lo largo de los años, especialmente por su positividad, su bonhomía y su talante conciliador. Antonio es una persona que ha dejado una huella clara en el ICAI y que sigue dejándola en todos aquellos que le conocen.