En la revista PAPEL del diario EL MUNDO, correspondiente al pasado miércoles 5/10/2022, Ángel Díaz (redactor sobre ciencia en dicho diario) escribió un artículo titulado: NOBEL A LOS PADRES DE LA TECNOLOGÍA CUÁNTICA DEL FUTURO.

En este artículo, al relacionar las aplicaciones tecnológicas derivadas del estudio en profundidad de la mecánica cuántica, vaticinaba una revolución en diversos campos del conocimiento que resultarían muy útiles para el futuro de la humanidad.

Por sus esfuerzos continuados para encontrar más y más aplicaciones tecnológicas conseguidas a partir de las conclusiones, cada vez de mayor precisión y alcance de la mecánica cuántica, este año habían sido galardonados con el Nobel:

  • El francés Alain Aspect, que trabaja en la Universidad Paris-Saclay y en la École Polytechnique de Palaiseau.
  • El estadounidense John F. Clauser, que desarrolla su labor investigadora en Walnut Creek, California.
  • El austriaco Anton Zeilinger investigador en la Universidad de Viena.

La coincidencia, a que me refiero, la encontré al leer los detalles por los que estos investigadores habían recibido el preciado galardón. Entre aquellos detalles aparecían:

1. La posibilidad de los computadores cuánticos.

2. El entrelazamiento entre dos partículas de tal manera que, al modificar una de ellas, aparece la correspondiente modificación en la otra independientemente de la distancia a que se encuentren entre sí.

3. Otras aplicaciones tecnológicas derivadas también de los conocimientos propios de la mecánica cuántica.

Todas aquellas aplicaciones, que habían propiciado el Nobel a los investigadores citados, me sonaban muchísimo y no era capaz de recordar por qué.

Volví a leer y a releer el artículo de la revista PAPEL del diario EL MUNDO y mi inquietud persistía. Ninguna de aquellas aplicaciones era nueva para mí; pero ¿dónde o cuándo las había manejado yo antes?.

A los pocos días me acordé que, en mi libro “Del determinismo clásico al delirio cuántico” (publicado por ediciones I.C.A.I en el año 2012), había trabajado sobre aquellas mismas o parecidas aplicaciones por la sencilla razón de que las encontraba lo suficientemente interesantes para incluirlas en la parte dedicada al  delirio cuántico de mi libro citado.

En un ejemplar del libro vi que había escrito, en la página 257 del mismo, cosas sobre aplicaciones tecnológicas de la mecánica cuántica que, sin borrarse totalmente de mi cabeza, buscaba dónde y cuándo las había trabajado.

Ante el hallazgo sorpresa de encontrarlas en mi libro, copié en negrita, no literalmente aunque sí en lo esencial, todo aquello que me pareciera interesante resumir en este artículo, al que decidí ponerle por título C O I N C I D E N D I A, por coincidir las aplicaciones citadas por el redactor de EL MUNDO, en el artículo inicial, y por mí, en el libro donde había encontrado la agradable sorpresa.

4. APLICACIONES TECNOLÓGICAS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

El estudio meticuloso del aparente delirio cuántico no solo proporciona una parte esencial de la tecnología actual sino que su conocimiento será imprescindible para intuir por dónde se orientarán los desarrollos futuros. Entre una serie de casos citados en mi libro están los que, según la revista PAPEL del diario EL MUNDO, habían servido para reconocer dignos del Nobel a los tres investigadores galardonados este año. Entre las aplicaciones tecnológicas de la mecánica cuántica yo ponía en mi citado libro:

1.- La ya sabida posibilidad de los computadores cuánticos.

2.- El sobradamente conocido entrelazamiento entre dos o más partículas de tal manera que, al modificar una de ellas aparece la correspondiente modificación en otra, independientemente, de la distancia a que se encuentren.

3.- Otras múltiples aplicaciones útiles en nuestras pretensiones de cada día tales como:

3.1.- La fabricación de innumerables equipos de diagnóstico por imagen.

3.2.- El desarrollo de diferentes tipos de LASER (Light Amplification by Simulated Emision of Radiation) para constatar la rectitud de una línea o la perfección de una superficie plana o para pegar la retina al glóbulo ocular o…

3.3.- El empleo de chips semiconductores que, liberando electrones, producen electricidad en los ya normales campos solares.

3.4.- Un largo etcétera que el lector interesado puede consultar en el libro “Del determinismo clásico al delirio cuántico”.

Contrastando las aplicaciones tecnológicas de la mecánica cuántica, reseñadas en mi libro citado, con las explicitadas en el artículo, publicado por el redactor sobre ciencia del diario El MUNDO, existía entre ambas listas de aplicaciones una coincidencia estrecha.

Ante dicha coincidencia sentí una sensación de satisfacción personal por el mero hecho de constatar que, en la predicción de aquellas aplicaciones con las que yo había soñado hacía 10 años, estaba ya trabajando en la buena dirección.

Es evidente que los tres investigadores, galardonados este año con el Nobel en física, tienen el indiscutible mérito de haber continuado buscando aplicaciones posibles de la mecánica cuántica y, respecto a mi libro “Del determinismo clásico al delirio cuántico”, reconozco que, en su apartado 4 sobre aplicaciones tecnológicas de la mecánica cuántica (página 257), aparecen algunas posibilidades tecnológicas tan importantes como para que, tres investigadores actuales, hayan merecido el reconocimiento de la prestigiosa academia sueca.

Luis García PascualProfesor Emérito de la ETSI de la Universidad Pontificia Comillas
Doctor Ingeniero industrial de la promoción de 1957, fue profesor desde 1968, siendo el Director del Departamento de Mecánica entre 1976 y 1992, y llegando a ser director en dos etapas, de 1974 a 1980 y de 1989 a 1995, cuando es nombrado vicerrector de Comillas, hasta el año 2000. En 2001 recibió el Premio Javier Benjumea, y desde 2002 es profesor emérito de nuestra Escuela.

En otro orden de cosas, Luis es un referente para nuestro colectivo y representa, como pocos, eso que entre nosotros llamamos el “espíritu ICAI”, que él hace visible a través de su rigor, su compromiso, su entrega, su seriedad o su lealtad, tanto en su vida profesional como en su vida personal.