Resumen
Descubriremos los errores de razonamiento más comunes entre inversores técnicamente capacitados, con ejemplos específicos del mundo de la ingeniería trasladados al ámbito financiero:
- Sesgo de confirmación: Cómo filtramos información para confirmar nuestras creencias previas.
- Representatividad: Por qué extrapolamos patrones donde no existen.
- Contabilidad mental: Cómo tratamos de forma desigual el dinero según su origen o destino.
- Efecto de encuadre: La influencia determinante de cómo se presenta la información.
La mente que nos engaña
Elena acababa de terminar un complejo proyecto de optimización industrial que había reducido en un 15% los costes de producción de su empresa. Con la prima recibida, decidió invertir en el mercado de valores. Tras varias semanas de investigación meticulosa, encontró una acción que parecía infravalorada según todos los indicadores técnicos que había estudiado.
Cada vez que encontraba información positiva sobre la empresa, la añadía cuidadosamente a su análisis. Cuando ocasionalmente tropezaba con opiniones negativas, las descartaba pensando:
“Probablemente no entienden el potencial tecnológico de este sector como yo”.
Seis meses después, la acción había caído un 30% tras un informe que revelaba problemas financieros que habían estado a la vista durante meses. Lo frustrante para Elena no fue tanto la pérdida, sino darse cuenta de que había ignorado sistemáticamente las señales de advertencia que no encajaban con su tesis inicial.
“En mi trabajo, nunca habría cometido este error”, reflexionó. “Siempre analizo los fallos potenciales antes de implementar una solución. ¿Por qué no apliqué la misma rigurosidad a mi inversión?”
Más allá de las emociones: Los errores en el procesamiento de información
A diferencia de los sesgos emocionales que vimos en el capítulo anterior, los sesgos cognitivos no están principalmente relacionados con nuestros sentimientos, sino con la forma en que procesamos y analizamos la información. Son defectos en nuestra ‘máquina de pensar’.
Lo más insidioso de estos sesgos es que afectan incluso a las mentes más analíticas. De hecho, algunos estudios sugieren que las personas con mayor capacidad cognitiva pueden ser especialmente vulnerables a ciertos sesgos, precisamente porque confían demasiado en sus habilidades de razonamiento.

Figura 4.1: Procesamiento de información y sesgos cognitivos
El sesgo de confirmación: La trampa del “ya lo sabía”
El sesgo de confirmación es nuestra tendencia a buscar, interpretar y recordar información que confirma nuestras creencias preexistentes, mientras ignoramos o desacreditamos la información contradictoria.
El experimento de Wason
El psicólogo Peter Wason diseñó un famoso experimento que demuestra vívidamente este sesgo. A los participantes se les presentaban cuatro cartas con letras por un lado y números por el otro. Se les decía:
“Si una carta tiene una vocal en una cara, entonces tiene un número par en la otra cara”.
Las cartas visibles mostraban: E, K, 4 y 7. ¿Qué cartas necesitas voltear para verificar si la regla es cierta?
La mayoría de personas seleccionan E y 4. Sin embargo, la respuesta correcta es E y 7. ¿Por qué? Porque necesitamos buscar evidencia que pueda falsear la regla, no solo confirmarla.

Figura 4.2: El experimento de las cuatro cartas de Wason
Manifestaciones financieras del sesgo de confirmación
- Filtrado selectivo de información: “Esta empresa tiene excelentes perspectivas” → búsqueda de noticias positivas e ignorancia de las negativas.
- Interpretación sesgada: Un mismo anuncio empresarial puede ser visto como ‘oportunidad de crecimiento’ o ‘riesgo de sobreendeudamiento’ dependiendo de nuestra posición previa.
- ‘Cámaras de eco’ financieras: Tendencia a seguir únicamente a analistas o fuentes que refuerzan nuestras creencias existentes.
Caso real: La burbuja de Tesla
Un estudio de comportamiento inversor analizó cómo los inversores en Tesla procesaban información sobre la compañía. Los investigadores encontraron que los inversores optimistas asignaban un 91% de credibilidad a noticias positivas y solo un 34% a las negativas, mientras que los escépticos mostraban el patrón inverso.
Lo más revelador: cuando se les presentaba exactamente la misma información financiera, ambos grupos salían más convencidos de sus posiciones originales.
Contramedida técnica: La falsificación deliberada
Los ingenieros utilizan habitualmente ‘análisis de modos de fallo’ para identificar problemas potenciales. Podemos aplicar el mismo enfoque a nuestras inversiones:
- Antes de invertir, pregúntate: “¿Qué tendría que ocurrir para que esta inversión fracase?”
- Busca activamente opiniones contrarias de fuentes creíbles
- Asigna a un colega o asesor el papel de ‘abogado del diablo’
Roberto, ingeniero industrial e inversor experimentado, implementó lo que él llama la ‘Regla del 40%’:
“Dedico al menos el 40% de mi investigación a buscar argumentos contra mi tesis de inversión. Si no puedo encontrar contraargumentos sólidos, es señal de que no estoy buscando lo suficiente, no de que no existan”.
El sesgo de representatividad: Confundiendo patrones con probabilidades
El sesgo de representatividad nos lleva a evaluar probabilidades basándonos en similitudes superficiales en lugar de frecuencias estadísticas reales.
El problema de Linda
Otro experimento clásico de Kahneman y Tversky describe a Linda como una persona inteligente, directa, preocupada por la justicia social y activa en manifestaciones. Luego preguntan: ¿Qué es más probable?
- Linda es cajera de banco
- Linda es cajera de banco y activista feminista
La mayoría elige B, aunque matemáticamente es imposible que la conjunción de dos condiciones (ser cajera Y feminista) sea más probable que una sola condición (ser cajera), independientemente de cuán representativa parezca la descripción.
Manifestaciones en inversiones
- El ‘buen relato’ vs. probabilidades reales: Inversores atraídos por empresas con historias convincentes sobre disrupciones futuras, ignorando las bajas probabilidades estadísticas de éxito.
- Estereotipos de inversión: “Esta empresa se parece a Amazon en sus inicios” → suposición de que seguirá una trayectoria similar.
- Rechazo de la reversión a la media: Ignorar que rendimientos extremos (buenos o malos) tienden a normalizarse con el tiempo.

Figura 4.3: Patrones vs. Probabilidades en inversiones
La falacia del gestor estrella
Luis, ingeniero mecánico, invirtió una cantidad sustancial en un fondo gestionado por un gestor con rendimientos excepcionales durante tres años consecutivos (superando al mercado por más del 10% anual). Su razonamiento:
“Si ha batido al mercado de forma tan contundente, claramente tiene habilidades superiores”.
Lo que Luis no consideró: si miles de gestores invierten simultáneamente, puramente por azar algunos mostrarán rendimientos excepcionales durante varios años sin tener habilidades superiores. Estadísticamente, la mayoría de los ‘gestores estrella’ no mantienen su rendimiento superior a largo plazo (al menos 10 años).
Su asesor financiero le presentó estudios sobre persistencia de rendimientos y la dificultad de distinguir entre habilidad y suerte en períodos cortos, ayudándole a diversificar su estrategia más allá de la confianza en un solo gestor.
Contramedida técnica: Pensar en tasas base
Para combatir este sesgo, los inversores técnicamente orientados pueden:
- Priorizar las estadísticas generales del fenómeno (tasas base) antes de evaluar las características particulares del caso específico.
- Buscar evidencia estadística a largo plazo, no solo casos anecdóticos.
- Examinar grandes muestras, no solo ejemplos selectivos
El anclaje: Cuando el primer número determina todo
El anclaje es nuestra tendencia a depender excesivamente de la primera información recibida (el ‘ancla’) al tomar decisiones.
El experimento de la rueda de la fortuna
Kahneman y Tversky demostraron este efecto con un experimento ingenioso: hicieron girar una rueda de la fortuna trucada para que se detuviera en 10 o en 65. Luego preguntaron a los participantes si el porcentaje de países africanos en la ONU era mayor o menor que ese número, seguido de una estimación exacta.
Los resultados fueron reveladores: quienes vieron el 10 estimaron un promedio de 25%, mientras que quienes vieron el 65 estimaron un promedio de 45%. Un número completamente aleatorio influyó significativamente en sus estimaciones.

Figura 4.4: El experimento del anclaje y su aplicación financiera
Manifestaciones financieras del anclaje
- Anclaje al precio de compra: “Compré esta acción a 100€, no venderé por menos” (independientemente de su valor actual).
- Anclaje a máximos históricos: “Esta acción cotizó a 200€ hace un año, ahora a 120€ es una ganga” (ignorando cambios fundamentales).
- Anclaje a pronósticos iniciales: Cuando analistas actualizan sus previsiones, tienden a mantenerse cerca de sus estimaciones originales, incluso ante nueva información relevante.
El caso de Bitcoin y el anclaje psicológico
Durante la burbuja de Bitcoin de 2017, muchos inversores se anclaron a su precio máximo de casi $20,000. Cuando cayó a $3,000 en 2018, numerosos inversores técnicamente sofisticados justificaron mantener o comprar más basándose principalmente en la distancia hasta esa ancla, razonando:
“Si llegó a $20,000 una vez, seguramente volverá a ese nivel”.
Este razonamiento ignoraba que el ancla de $20,000 era en gran medida arbitraria y no reflejaba necesariamente un valor fundamental.
- A modo informativo, a fecha en la que comencé a desarrollando este artículo, el Bitcoin estaba en el entorno de los $75,000 y cuando lo terminé ya superaba los $85.000. Pero hace menos de dos meses superó los $106,000.
Esto es tan solo una muestra del gran riesgo que corremos en anclarnos a valores en activos especialmente volátiles, como son las criptomonedas. Pero es aplicable a otros muchos casos.
CASO PRÁCTICO: El poder del primer número
El departamento de finanzas comportamentales de una firma de inversión realizó un experimento con dos grupos de clientes. Al primer grupo le mostró un gráfico del S&P 500 comenzando en 2,000 puntos; al segundo, el mismo gráfico, pero comenzando en 1,000 puntos. Después, les preguntó su estimación sobre dónde estaría el índice en un año.
El primer grupo promedió una predicción de 2,563 puntos, mientras el segundo promedió 1,672 puntos. La diferencia del 53% surgió exclusivamente de haber ‘anclado’ sus mentes a diferentes puntos de partida visual, demostrando cómo los anclajes numéricos influyen sutilmente en nuestras proyecciones, incluso cuando no tienen relevancia lógica.
Contramedida técnica: Múltiples puntos de referencia
Para combatir el anclaje:
- Utiliza múltiples métodos de valoración independientes.
- Establece rangos en lugar de puntos específicos.
- Implementa la técnica del ‘velo de ignorancia’: analiza una inversión sin conocer ciertas anclas potentes (como el precio actual o máximos históricos).
El efecto de encuadre: Cuando la presentación determina la decisión
El efecto de encuadre describe cómo nuestras decisiones cambian dependiendo de cómo se presente la información, incluso cuando el contenido fundamental es idéntico.
El experimento de la enfermedad asiática
En otro estudio clásico, se presentó a los participantes un escenario sobre una enfermedad que amenazaba a 600 personas, con dos programas posibles:
- Presentación positiva (vidas salvadas):
- Programa A: Se salvarán 200 personas con certeza.
- Programa B: 1/3 de probabilidad de salvar a las 600 personas y 2/3 de probabilidad de no salvar a ninguna
- Presentación negativa (vidas perdidas):
- Programa C: 400 personas morirán con certeza.
- Programa D: 1/3 de probabilidad de que nadie muera y 2/3 de probabilidad de que mueran 600 personas.
Matemáticamente, A=C y B=D. Sin embargo, la mayoría prefirió A sobre B, pero D sobre C. La gente tiende a ser adversa al riesgo cuando se presentan ganancias, pero buscadora de riesgo cuando se presentan pérdidas.
Este fenómeno también debe explicarse por motivos emocionales, comentados en el anterior capítulo. En este caso concreto por la aversión a las pérdidas: el dolor de perder algo seguro es tan intenso que las personas prefieren arriesgarse a una pérdida mayor con tal de tener la posibilidad de evitar cualquier pérdida.
En términos financieros, esto explica comportamientos como:
- Mantener acciones perdedoras demasiado tiempo esperando que se recuperen (arriesgándose a mayores pérdidas).
- Doblar las apuestas después de perder (comportamiento que vemos en casinos).
- Seguir invirtiendo en proyectos fallidos (la falacia del coste hundido).
La gente prefiere la posibilidad de evitar completamente una pérdida, incluso cuando la opción más arriesgada tiene un peor valor esperado matemático.

Figura 4.5: El efecto de encuadre en decisiones financieras
Manifestaciones financieras del efecto de encuadre
- Encuadre de rentabilidad vs. riesgo: “Este fondo ha generado 8% anual” vs. “Este fondo ha tenido una volatilidad del 15%”.
- Encuadre temporal: “Esta acción ha subido un 20% este mes” vs. “Esta acción sigue un 15% por debajo de su nivel de hace un año”.
- Encuadre temporal: “Esta acción ha subido un 20% este mes” vs. “Esta acción sigue un 15% por debajo de su nivel de hace un año”.
El caso de las comisiones de gestión
Un experimento con inversores mostró cómo el encuadre afecta las decisiones sobre comisiones:
- Cuando se presentaba como ‘comisión anual del 1% sobre el patrimonio’, el 60% lo consideraba aceptable.
- Cuando se reencuadraba como ‘reducción del 10% de sus rendimientos esperados a largo plazo’, solo el 25% lo aceptaba.
- Ambas formulaciones describían exactamente el mismo impacto financiero
Contramedida técnica: Reencuadre deliberado
Para combatir este sesgo:
- Examina la misma decisión desde múltiples ángulos (ganancias vs. pérdidas, corto vs. largo plazo).
- Traduce porcentajes a valores absolutos y viceversa.
- Pregúntate: “¿Cambiaría mi decisión si esto se presentara de otra manera?”
Contabilidad mental: Cuando segregamos el dinero irracionalmente
La contabilidad mental describe nuestra tendencia a categorizar y tratar el dinero de manera diferente según su origen, destino o ubicación, aunque objetivamente sea fungible.
El experimento de los tickets de teatro
En un experimento, se presentaron dos escenarios:
Escenario 1: Has comprado una entrada de teatro por 100€, pero al llegar te das cuenta de que la has perdido. ¿Comprarías otra por 100€?
Escenario 2: Vas a comprar una entrada de teatro por 100€. Al llegar, descubres que has perdido 100€ en efectivo. ¿Aún comprarías la entrada?
Aunque matemáticamente ambas situaciones implican la misma pérdida de 100€, muchas más personas dijeron “sí” al segundo escenario frente al primero. Esto ocurre porque mentalmente asignamos el dinero a diferentes ‘cuentas’: en el primer caso, la ‘cuenta de entretenimiento’ ya había gastado 100€, mientras que en el segundo, la pérdida se asignaba a una ‘cuenta general’.

Figura 4.6: Contabilidad mental y segregación de inversiones
Manifestaciones financieras de la contabilidad mental
- Diferente tratamiento según origen: El dinero de bonificaciones o herencias se invierte más agresivamente que el salario regular.
- Segmentación por objetivos: Mantener simultáneamente efectivo a bajo rendimiento mientras se conservan deudas a alto interés
- Segmentación por objetivos: Mantener simultáneamente efectivo a bajo rendimiento mientras se conservan deudas a alto interés
El caso del doble estándar de riesgo
Sergio, ingeniero de software, mantenía dos carteras de inversión completamente separadas: una ‘segura’ para su jubilación, invertida conservadoramente en bonos y fondos de bajo riesgo, y otra ‘especulativa’ para “intentar hacerse rico”, donde compraba acciones volátiles y criptomonedas.
Lo curioso: mientras se negaba a asumir incluso riesgos moderados en su cartera ‘segura’, aceptaba riesgos extremos en su cartera ‘especulativa’, resultando en un perfil de riesgo global inferior al óptimo para sus objetivos.
Su asesor financiero le ayudó a entender que era más eficiente considerar su patrimonio global, asignando un pequeño porcentaje a inversiones de alto riesgo dentro de una estrategia unificada, en lugar de mantener esta segregación mental.
Contramedida técnica: Fungibilidad consciente
Para combatir la contabilidad mental:
- Evalúa regularmente tu patrimonio de forma holística y global, no por compartimentos.
- Utiliza herramientas de consolidación financiera para ver la imagen completa.
- Pregúntate: “¿Tomaría la misma decisión si este dinero proviniera de otra fuente?”
El sesgo retrospectivo: La ilusión de la predictibilidad
El sesgo retrospectivo es nuestra tendencia a percibir eventos pasados como más predecibles de lo que realmente eran cuando ocurrieron.
El experimento de “lo sabía desde el principio”
En un estudio clásico, se pidió a los participantes que predijeran el resultado de varios eventos futuros. Semanas después, cuando se les pidió que recordaran sus predicciones originales, tendían sistemáticamente a ‘recordar’ haber predicho correctamente resultados que en realidad no habían anticipado.
Manifestaciones financieras del sesgo retrospectivo
- Narrativas post-crisis: “Las señales de la crisis eran evidentes” (después de que ocurriera).
- Falsa atribución de habilidad: Considerar que los éxitos de inversión se deben a la habilidad y los fracasos a la mala suerte.
- Sobreestimación de predictibilidad: “Era obvio que Tesla iba a multiplicarse por diez” (ignorando la incertidumbre real que existía).


Figura 4.7: El sesgo retrospectivo y la ilusión de predictibilidad
El caso de la burbuja inmobiliaria
Tras la crisis inmobiliaria de 2008, muchos profesionales técnicamente capacitados afirmaban haber ‘visto venir’ el colapso. Un estudio posterior analizó publicaciones, correos y documentos previos a la crisis de estos mismos expertos, encontrando que muy pocos habían expresado realmente preocupaciones significativas antes del colapso.
Este sesgo no solo distorsiona nuestra memoria, sino que nos da una falsa confianza en nuestra capacidad para predecir crisis futuras.
Contramedida técnica: El diario del inversor
Para combatir el sesgo retrospectivo:
- Mantén un registro escrito de tus decisiones de inversión y los motivos en el momento.
- Documenta específicamente tu nivel de certeza para cada decisión.
- Evalúa regularmente tus predicciones pasadas con honestidad brutal
José, ingeniero aeronáutico, implementó un sistema que llamó ‘auditoría de decisiones’: para cada inversión importante, registraba su tesis, los riesgos percibidos y su nivel de confianza, así como tres escenarios posibles con sus probabilidades estimadas. Un año después, revisaba estos documentos para evaluar la precisión de sus previsiones.
“Al principio fue doloroso ver cuánto me equivocaba”, admitió. “Pero tras tres años de esta práctica, mis estimaciones de probabilidades y riesgos han mejorado significativamente”.
La falacia del coste hundido: Cuando lo invertido pesa más que el futuro
La falacia del coste hundido es nuestra tendencia a continuar con una inversión o proyecto debido a los recursos ya invertidos, ignorando que estos costes son irrecuperables y que sólo deberían importar las perspectivas futuras.
El experimento del avión invisible
Un experimento con oficiales de defensa presentó un escenario donde se habían gastado 10.000 millones en un proyecto de avión invisible, con el 90% completado, cuando surge una tecnología mejor. La mayoría optó por continuar el proyecto original debido a la gran inversión ya realizada, aunque racionalmente habría sido mejor abandonarlo.
Manifestaciones financieras de la falacia del coste hundido
- Aferrarse a inversiones perdedoras: “No puedo vender con pérdidas, necesito recuperar al menos lo invertido”.
- Escalar el compromiso: Añadir más dinero a inversiones problemáticas para ‘promediar a la baja’.
- Mantener productos financieros inadecuados: Conservar fondos con altas comisiones porque “ya llevo años invirtiéndolo”.
El caso del inversor atrapado
Marta, ingeniera química, invirtió una suma considerable en una prometedora startup de baterías. Cuando el CEO fue acusado de fraude, las acciones cayeron un 70%. A pesar de las evidencias de problemas fundamentales, Marta no sólo mantuvo su inversión, sino que compró más, razonando:
“Ya he invertido tanto que no puedo rendirme ahora”.
Tras perder casi todo, reflexionó:
“Mi cerebro simplemente no podía aceptar que el dinero ya invertido estaba perdido. Seguía sintiendo que tenía que ‘rescatarlo’ de alguna manera”.
Contramedida técnica: La prueba del inversor amnésico
Para combatir esta falacia:
- Pregúntate: “Si no tuviera esta inversión y tuviera el efectivo en mano, ¿compraría esta misma inversión hoy al precio actual?”.
- Evalúa las inversiones existentes con la misma rigurosidad que las nuevas oportunidades.
- Establece reglas de stop-loss automáticas antes de invertir, cuando tu juicio no está comprometido
La convergencia de sesgos: El efecto multiplicador
Lo más peligroso no es un sesgo aislado, sino la interacción entre múltiples sesgos que se refuerzan mutuamente.
El ciclo del desastre cognitivo
Consideremos cómo varios sesgos pueden formar un ciclo devastador:
- Exceso de confianza (sesgo emocional) te lleva a invertir demasiado en una sola empresa.
- Sesgo de confirmación te hace buscar solo información positiva sobre ella.
- Aversión a las pérdidas te impide vender cuando comienza a caer.
- Falacia del coste hundido te empuja a invertir más cuando sigue cayendo
- Sesgo retrospectivo te convence después que “no había forma de preverlo”, impidiendo el aprendizaje real.

Figura 4.8: El ciclo de los sesgos cognitivos en inversiones
“La ironía es que cuanto más inteligente eres, más elaboradas pueden ser tus justificaciones para decisiones fundamentalmente irracionales.”
El valor añadido de la perspectiva externa
Un aspecto fascinante de los sesgos cognitivos es que, aunque son difíciles de detectar en uno mismo, a menudo son evidentes para un observador externo.
Un estudio de la Universidad de Stanford encontró que inversores individuales podían identificar correctamente los sesgos cognitivos en las decisiones de sus amigos en un 65% de los casos, pero solo en un 27% de sus propias decisiones.
Esta ‘asimetría de percepción’ ilustra el valor fundamental de contar con un asesor financiero cualificado o un grupo de inversores de confianza que puedan ofrecer perspectiva cuando nuestros propios sesgos nos ciegan.
Como comentó un participante del estudio:
“Mi asesor financiero no sólo me ayuda a elegir inversiones; más importante aún, me protege de mis propios errores de juicio. Es como tener un corrector ortográfico para mis decisiones financieras”.
Ejercicio práctico: Detección de sesgos cognitivos
Para finalizar este capítulo, te propongo un ejercicio práctico de auto-evaluación:
- Identifica una decisión financiera reciente importante: Una inversión, la compra de un bien sustancial, o una decisión sobre endeudamiento
- Analiza tu proceso de decisión respondiendo:
- Busqué activamente información que contradijera mi inclinación inicial?
- ¿Consideré tasas base (estadísticas generales) antes de analizar el caso específico?
- ¿Me anclé a algún número o referencia particular en mi evaluación?
- ¿Cómo habría cambiado mi decisión si la información se hubiera presentado de otra manera?
- Diseña tu protocolo de inmunidad cognitiva:
- ¿Qué procesos podrías implementar para detectar estos sesgos antes de que afecten tus decisiones futuras?
- ¿Qué ‘puntos de control cognitivo’ podrías establecer en tu proceso de toma de decisiones financieras?
- ¿Quién podría actuar como tú ‘revisor de sesgos’ de confianza?
Como comentó Carlos, ingeniero industrial:
“Creía que mi formación técnica me protegía de estos errores de razonamiento, pero ahora veo que probablemente solo los hacía más sofisticados. Implementar un proceso estructurado para detectar mis propios sesgos ha sido tan valioso para mis finanzas como cualquier conocimiento técnico sobre inversiones”.
En el próximo capítulo, examinaremos cómo estos sesgos se amplifican dramáticamente durante periodos de crisis e incertidumbre, y cómo desarrollar estrategias específicas para mantener la calma cuando los mercados entran en turbulencia.
Capítulos anteriores
Este artículo, compuesto por una serie de ocho capítulos, constituye una invitación a profesionales técnicamente formados a aplicar su capacidad analítica al complejo reto de los sesgos cognitivos en las decisiones financieras.
Primer capítulo de una serie de ocho que conforman el artículo “Finanzas Conductuales: Cuando las emociones gobiernan nuestras inversiones”.
Segundo capítulo de una serie de ocho que conforman el artículo “Finanzas Conductuales: Cuando las emociones gobiernan nuestras inversiones”.
Tercer capítulo de una serie de ocho que conforman el artículo “Finanzas Conductuales: Cuando las emociones gobiernan nuestras inversiones”.