El río Nilo atraviesa, como un milagro, el inmenso desierto del norte de África. A sus orillas llegaron los primeros humanos que se maravillaron de la vida que surgía cíclicamente en sus riberas y paso a paso también se produjo el milagro de la civilización.

Muchos arqueólogos-astrónomos modernos están convencidos de que la astronomía egipcia conocía el desplazamiento de las estrellas producido por el ciclo del eje de la tierra cada ¡25 mil años!

Entonces nos preguntamos, ¿Cuándo empezó todo? No lo sabemos, pero con seguridad mucho antes de todo lo que hasta hoy conocemos.

Aquellos hombres miraban al cielo del desierto cuajado de estrellas y veían en el río sideral de la vía láctea, el río de los dioses
reflejo del río de los hombres, un río inalcanzable e inmutable y a tientas, trataron de desvelar el misterio de su existencia durante muchos miles de años.

Y en ese esfuerzo de búsqueda y creación construyeron cosas inimaginables y articularon un hermoso y complicado universo virtual como refugio al caos de la vida y a los interrogantes de su existencia.

Para descubrir y entender ese mundo maravilloso partimos un grupo de 39 seniors ICAI en la mañana del 5 de noviembre.

En el aeropuerto pusimos personas y nombres propios al “libro de caras” de quienes serían
nuestros compañeros de viaje, que iban a pasar a formar parte de nuestros afectos. Sería imposible relatar las experiencias que vivimos, sirvan estas líneas para hacer el relato de algunas de ellas.

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