Resumen

Al revisar y actualizar con datos de 2022 el trabajo “La EPA, más allá de las cifras del paro”, publicado en 2019, encontramos que los desajustes entre sistema educativo y demanda laboral entonces planteados, no sólo no se han resuelto, sino que muestran tendencia a mantenerse de forma consistente.

Así, en los cuatro años transcurridos, la tasa de paro en la población mayor de 16 años se ha reducido un 10,9%. Ahora bien, mirando la EPA más allá de este dato, encontramos que habiendo crecido este grupo de la población un 2,9%, se han reducido las personas con nivel de formación por debajo del nivel ESO en 17,4%, habiendo crecido un 13,1% el número de personas con formación de nivel superior (CINE 5 a 8)[1], pero quienes tienen FPGM[2] (CINE 33) únicamente ha crecido el 6,5%. Este contraste es aún mayor en el colectivo de población activa, con 11,2% en el nivel CINE 5 a 8 y 3,8% en CINE 33. En este mismo contexto las cifras de personas en paro han disminuido más entre quienes tienen formación FPGM (-3,6%) que entre tienen educación superior (-0,9%).

Con este cuadro general en el que crecen más las cifras de personas con nivel educación superior que quienes tienen cualificación profesional de nivel medio (FPGM), las cifras de sobrecualificados (subempleados) con nivel superior (CINE 5 a 8) ha crecido un 11% desde 2018 y cerca del 25% desde 2015 en el grupo de edad 25-34 años. Mientras, se mantienen cifras de personas con FPGM menos de la mitad de la media EU[3] (11,8% frente al 28,9%), prácticamente estabilizadas en los últimos años, y por otro lado, cifras similares a las de la EU en el nivel de educación superior (48,7 % frente al 45,9% en EU), también prácticamente estables.

Con el análisis pormenorizado de egresados del sistema educativo y los niveles académicos de las personas ocupadas, se confirma que España mantiene un elevado desajuste entre los niveles de formación de las personas ocupadas y las cualificaciones requeridas; desajuste que se ha incrementado en el período estudiado.

En forma muy reseñable se pone de manifiesto cuando se observa el sector industrial, al que se ha dedicado un limitado análisis, en el cual sólo el 13,1% de los ocupados tienen nivel de FPGM frente al 40,1% que tiene nivel de educación superior, pero de estos últimos el 48,2% lo hace en condiciones de sobrecualificación o subempleo. Pero quizá la conclusión más alarmante es que el 82,8% de los ocupados con nivel de educación superior lo hace en el sector servicios, frente al 12,4% que lo hace en el sector industria.

Tras los análisis y reflexiones planteadas, el autor subraya la falta de ocupaciones que requieran su nivel de formación como causa de la sobrecualificación de los ocupados con educación superior[4], subrayando que la escasez de personas con FPGM tiene causa en nuestro sistema educativo, que, al establecer el Bachillerato como único camino razonable para acceder a la universidad, hace que la Formación Profesional en sus diversos niveles, pero especialmente el de Grado Medio, sea considerado socialmente como segunda opción, o más aún, puerta de salida hacia el mundo del trabajo, para quien no puede seguir por el camino principal.

Abstract

When reviewing and updating with data from 2022 the work “The EPA, beyond the unemployment figures” published in 2019, we find that the mismatches between the educational system and labor demand raised at that moment, not only they have not been resolved, but also show tendency to stay consistent.

Thus, in the four years that have passed, in the population over 16 years old, the unemployment rate has dropped by 10.9%. However, looking at the EPA beyond this point, we find that while this group of the population has grown by 2.9%, the number of people with an education level below ESO has dropped by 17.4%, while the number of people with higher education (ISCED 5 to 8) has grown by 13.1% and only 6.5% of those with FPGM (ISCED 33). This contrast is even greater in the working population, with 11.2% at ISCED 5 to 8 and 3.8% at ISCED 33. In this same context, the number of unemployed has fallen more among those with FPGM education (-3.6%) than among those with higher education (-0.9%).

With this overall picture in which the numbers of people with higher education level grows more than those with intermediate level professional qualification (FPGM), the numbers of overqualified (underemployed) with higher level (ISCED 5 to 8) has grown by 11% since 2018 and by nearly 25% since 2015 in age group of 25-34 years old. While maintaining figures of people with FPGM less than half of the EU average (11.8% vs. 28.9%), practically stabilized in recent years, and figures similar to those of the EU at the higher education level (48.7% vs. 45.9% in the EU), also practically stable.

With the detailed analysis of graduates from the educational system and the academic levels of employed persons, it can be concluded that in Spain there is still a high mismatch between the levels of training of employed persons and the qualifications required; This mismatch has grown during the period under study and is highlighted by the fact that in the industrial sector, to which a limited analysis has been devoted, only 13.1% of those employed have a GMP level of education compared to 40.1% who have a higher education level, but of these, 48.2% are overqualified or underemployed. But perhaps the most alarming conclusion is that 82.8% of those employed with a higher education level work in the service sector, compared to 12.4% in the industrial sector.

After the analyses and reflections presented, the author underlines the lack of occupations that require their level of training as the cause of the overqualification of the employed with higher education, emphasizing that the shortage of people with FPGM has its cause in our educational system, which, by establishing the Baccalaureate as the only reasonable way to access university, makes Vocational Training in its various levels, but especially the Middle Grade, to be considered socially as a second option, or even more, as an exit to the world of work, for those who cannot follow the main path.

Palabras Clave / Key words: Formación Profesional. Formación universitaria. Sistema educativo / Vocational training. Vocational training. University training. Educational system.

1. Introducción

El pasado 27 de enero se publicó la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al cuarto trimestre de 2022, y sobre sus datos se pretende reflexionar en la línea del trabajo titulado “La EPA, más allá de las cifras del paro” [Arenas 2019], que se publicó en febrero de 2019 sobre los datos de la EPA del cuatro trimestre de 2018. Hace cuatro años, en dicho trabajo se intentaba reflejar los desajustes entre nuestro sistema educativo y el mundo laboral, a través de los datos que esta estadística ofrece en su pestaña microdatos[5], mostrándonos una información que permite mirar más allá de las cifras del paro, y así, a través de su análisis, es posible hacer una lectura de más largo alcance.

Se ha complementado el análisis anterior con una breve reflexión sobre las cifras del sector industria.

Las presentes reflexiones pretenden mostrar la evolución experimentada desde entonces por nuestro sistema educativo y el mundo laboral, con el objetivo, que ya se anunciaba entonces, de hacer una lectura que nos permita indagar en los desajustes existentes y analizar sus causas. En este análisis siempre se tendrá presente que nuestro sistema educativo ha de cumplir con el objetivo de formar ciudadanos cultos y con valores, y entre estos valores destaca la cualificación profesional de los ciudadanos, es decir, su capacidad para mantener una vida digna a través de su trabajo dignamente remunerado (trabajo decente,[6] en expresión de la OIT).

2. La EPA de finales de 2022

El cuadro 1 nos muestra un resumen de los datos de la EPA del último trimestre de 2022 y sus variaciones respecto al mismo trimestre del año 2018, relacionados con la actividad económica [7] del grupo poblacional de 16 años y más. Así, resulta evidente la evolución positiva que se ha producido en relación con la disminución del número de personas paradas (reducción del 8,5%), pero este hecho, incuestionable, no debe dejarnos de reflexionar sobre la relación entre la actividad económica y nuestro sistema educativo.

Cuadro 1. Evolución entre 2018 y 2022 de las cifras de personas con 16 años y más según su relación con la actividad económica. EPA. [EPA0418], [EFPA 2022] y Elaboración propia.

Además de la reducción en la cifra de parados, es relevante el aumento en las cifras de población con 16 años y más (2,9%), aumento que se ve reducido sustancialmente (1,8%) cuando se limita la edad del grupo hasta los 64 años, ya que se han excluido el número de personas mayores de 64 años (muchos jubilados) que en el período analizado ha crecido algo más que el de personas de menos de 16 que se han incorporado al grupo. Ello también se ve reflejado en la variación de las tasas de actividad en ambos grupos de edad, pasando de un valor negativo (-0,2%) en el primer grupo de edad (desde 2018 a 2022 ha crecido más el número de personas que el número de activos), a un valor positivo (0,4%) en el segundo grupo de edad (entre 2018 y 2022 ha crecido más el número de activos que el número de personas del grupo).

Cuadro 2. Población de 16 años y más por nivel de formación alcanzado (clasificación CINE) en el cuarto trimestre de 2022 y su evolución respecto de 2018. EPA. Tabla 6347 y elaboración propia.

Tras este breve análisis de carácter general pasamos a analizar la evolución en función de los niveles de formación alcanzado. Así, y en un primer paso, en el cuadro 2 se desglosa cómo se distribuye la población entre los diversos niveles de formación, observando que habiendo crecido un 2,9% la población con 16 años y más, ha disminuido el número de personas con niveles de formación por debajo de la primera etapa de educación secundaria, y ha aumentado el de personas con formación de primera etapa de secundaria (21 a 24), consecuencia clara de que la escolarización hasta la enseñanza obligatoria es muy elevada, prácticamente total.

Por otro lado, resulta relevante que el mayor crecimiento (13,1%) se ha producido en las personas con el mayor nivel de formación CINE 5 a 8. De igual manera (pero en cifra mitad, 6,5%) ha crecido el número de personas con nivel Formación Profesional de Grado Medio (CINE 33) y 7,2 % con nivel Bachillerato (CINE 32).

Ahora bien, cuando analizamos las cifras de población activa con 16 años y más, (cuadro 3) comparada con toda la población del mismo grupo de edad, vemos que, aunque su crecimiento es similar al de toda la población (2,7%), los crecimientos porcentuales a partir de secundaria obligatoria son muy inferiores respecto de los que experimentó toda la población, 1,8% frente a 7,2% en CINE 32; 3,8% frente a 6,5% en CINE 33 a 38 y 11,2% frente a 13,1 % en CINE 5 a 8. Resulta también relevante la enorme reducción que experimentan las cifras en la población con nivel de formación inferior a Educación Secundaria.

Cuadro 3. Población activa por nivel de formación alcanzado (clasificación CINE 2014) en el cuarto trimestre de 2022 y su evolución respecto de 2018. EPA. Tabla 6363 y elaboración propia.

En el cuadro 4 se desglosa la distribución del número de parados (3.024.000 personas a finales de 2022) según el máximo nivel de formación alcanzado, así como su comparación con la situación en el año 2018. Puede considerarse relevante la importante reducción porcentual en el grupo CINE 21 a 24 (-13,9%), que se corresponde con las personas que su nivel máximo es ESO, donde las cifras de paro son más elevadas, seguido de lejos de las personas con nivel de Formación Profesional de Grado Medio (-3,6%), resultando la reducción del paro mínima entre personas con nivel de formación CINE 5 a 8 (-0,9), dado que es el grupo con menor paro.

Cuadro 4. Parados por nivel de formación alcanzado (clasificación CINE 2014) en el cuarto trimestre de 2018 y su evolución respecto de 2015. EPA. Tabla 6394 y elaboración propia.

Es obvio que la jubilación de personas incidirá más en la reducción de parados entre las de menor nivel de formación, ya que es en este colectivo donde se dan las personas con más edad, lo que justifica las bajas cifras absolutas entre las personas con niveles de formación inferior a Educación Secundaria.

3. Cualificación profesional y actividad laboral

Una información más completa sobre las anteriores cifras y su relación con el nivel de formación alcanzado se obtiene de los gráficos 1, 2 y 3 (valores absolutos y relativos).

Gráfico 1. Distribución porcentual de la situación laboral en la población con 16 años y más según el nivel de formación alcanzado. EPA 2022-T4. Tablas 6347, 6363, 6384, 6391, 6392, 6373 y elaboración propia. (Nótese que el grupo activos comprende a los subgrupos ocupados y parados).

El gráfico 1 nos muestra la distribución porcentual referida a cada situación laboral, en el cual se observan dos cuestiones relevantes:

  • Prácticamente la mitad de la población ocupada (46,4%) tiene formación de nivel superior (CINE 5 a 8), mayoritariamente universitaria.
  • Poco más de la mitad de la población ocupada (56,7%) tiene alguna cualificación profesional, FPGM, FPGS o universitaria, siendo la mayoría de la población ocupada restante quienes que tiene nivel de formación ESO (25,2%), seguido de quienes tienen nivel de Bachillerato (13,7%).

Así, en el gráfico 2, puede observarse que de las 40.136.500 personas que a finales de 2022 tenían 16 y más años (2,9% superior a las de 2018), 32,7% (13.104.800) han alcanzado educación de nivel superior, frente al 29,7% que había en 2018 (incremento del 3,0%); prácticamente el mismo número de quienes han alcanzado el nivel de ESO como máximo (11.500.100, 28,7%) cifras casi idénticas a las que había en 2018, tanto en números de personas como en términos relativos (11.124.800, 28,5%).

Gráfico 2. Distribución de la población con 16 años y más según su situación laboral y el nivel de formación alcanzado. EPA 2022-T4. Tablas 6347, 6363, 6384, 6391, 6392, 6373 y elaboración propia. (Nótese que el grupo activos comprende a los subgrupos ocupados y parados).

Igualmente es relevante que en este grupo de edad (16 años y más), correspondiente al de ciudadanos con capacidad legal para trabajar, únicamente 23.487.800 personas (58,5%, similar porcentaje que en 2018) sean consideradas [8], y entre ellas únicamente 12.746.100 personas (54,27% de los activos y 31,7% del total) disponen de una cualificación profesional [9] que avale su capacidad para el trabajo, siendo el resto personas activas que no disponen de cualificación profesional, bien con nivel de Bachillerato (3.249.700), de ESO (6.246.700) e inferior (1.245.000).

Resulta también significativo, y de total coherencia con el diseño de nuestro sistema educativo, que entre las personas activas con cualificación profesional la mayoría de ellas (10.313.100, el 43,9%) se sitúen con nivel de educación superior (3,4 puntos porcentuales más que en 2018) y únicamente 2.433.300 (el 10,4%) disponen de educación secundaria vocacional Formación Profesional de Grado Medio (0,1% más que en 2018), nivel formativo que en coherencia con la mayoría de las estructuras empresariales se corresponderá con la demanda más numerosa.

Una visión complementaria se obtiene al contemplar el gráfico 3, mostrando los datos en porcentajes referidos al total de los integrantes de cada nivel de formación. Así, puede observarse que el porcentaje de inactivos (jubilados, estudiantes, etc.) tiene su cifra mayor entre las personas con menor nivel de formación, disminuyendo desde el 84,4%, entre los clasificados como CINE 01, hasta el 21,3% en los de nivel CINE 5 a 8. Ello se traduce, lógicamente, en que el porcentaje de activos crece de forma continua desde el 15,6% entre los del nivel inferior (CINE 01) al 78,7% entre los del mayor nivel de formación (CINE 5 a 8).

Gráfico 3. Distribución porcentual de la situación laboral en la población con 16 años y más según el nivel de formación alcanzado. EPA 2022-T4. Tablas 6347, 6363, 6384, 6391, 6392, 6373 y elaboración propia. (Nótese que el grupo activos comprende a los subgrupos ocupados y parados).

Respecto del año 2018 el grupo de inactivos ha reducido su porcentaje entre las personas con menor nivel CINE 01 (4,7 puntos porcentuales) y se ha incrementado entre las personas con nivel CINE 5 a 8 (1,3 puntos porcentuales). Ello se refleja de forma inversa sobre el grupo de los activos.

Gráfico 4. Distribución porcentual de la situación laboral en la población activa con 16 años y más según el nivel de formación alcanzado. EPA 2022-T4. Tablas 6347, 6363, 6384, 6391, 6392, 6373 y elaboración propia.

El gráfico 4 nos muestra la distribución de las personas activas (ocupadas o paradas) en cada uno de los niveles de formación, y se ve claramente el crecimiento progresivo de las personas ocupadas desde los niveles de formación inferiores (64,8 % en CINE 01) hasta los niveles de formación superiores (92,1% en CINE 5 a 8), y por tanto de forma inversa se produce la reducción continua de las personas en paro desde los niveles de formación inferiores (35,2% en CINE 01) hasta los niveles superiores (7,9% en CINE 5 a 8). Es de resaltar la mejora producida (reducción de parados y aumento de ocupados) respecto de 2018 en todos los niveles de formación excepto en de educación primaria (CINE 10).

Los datos anteriores conducen a una clara y demoledora conclusión mantenida desde muchos años atrás: cuanto mayor sea el nivel de formación alcanzado, mayor es la probabilidad de conseguir trabajo y menor la de formar parte de las personas en paro. Conclusión demoledora por cuanto que, según numerosas estadísticas, el país necesita cifras enormes de personas con cualificaciones medias, FPGM, que, en ausencia de ellos, son cubiertas por personas con cualificaciones de alto nivel, en clara situación de subempleo o sobrecualificación.

4. Desajustes entre nivel de formación y ocupaciones

La anterior conclusión queda eclipsada por la realidad del mercado del trabajo, que si bien disponer de alto nivel de cualificación apunta a una mayor probabilidad de no estar en paro, no oculta el deterioro en la calidad de dicho trabajo en relación con los conocimientos y formación adquiridos. Este deterioro en la calidad no se refiere únicamente a los ingresos, sino y sobre todo a las ilusiones, expectativas, costes económicos (familiares y públicos) y tiempo de vida, que se han generado en el largo proceso formativo para conseguir estas altas cualificaciones profesionales. De esto último nos hablan el cuadro 5.

Formación alcanzada / requerida: sobrecualificados, Infracualificados, Ajustados. CNO: Clasificación Nacional de Ocupaciones. CINE: Clasificación Internacional Normalizada de la Educación.

Cuadro 5. Número de personas ocupadas según el grupo ocupacional y el nivel de formación alcanzado. Fuente EPA 2022T4, microdatos y elaboración propia.

En el cuadro 5 se han relacionado las diversas ocupaciones consideradas en Grandes Grupos Ocupacionales (GGO) [10] con los niveles de formación que tienen las personas que están desarrollando dichas ocupaciones [CNO 2011].

Adicionalmente y utilizando los criterios marcados por el INE [11], en el mismo cuadro 5, se han identificado las ocupaciones con las competencias requeridos (NCR) para el desarrollo de dichas ocupaciones y el nivel de formación (CINE) que han alcanzado las personas ocupadas. Con esos criterios se han identificado las tres zonas coloreadas:

  • verde para quienes tienen el nivel de formación adecuado al requerido (ajustados),
  • ocre para quienes tienen un nivel de formación superior al requerido (sobrecualificados o subempleados) y
  • azul para quienes tienen nivel de formación inferior al requerido (Infracualificados), pero están desarrollando dicha ocupación.

Gráfico 5. Distribución de la población ocupada a finales de 2022, según los Niveles de Competencias asociados a las ocupaciones y los niveles de Formación alcanzados por quienes las realizan. (EPA 2022T4. Tablas 4147 y 6347, y elaboración propia).

Manteniendo estos mismos criterios, en el gráfico 5 se han representado tres grandes grupos:

  • El de ocupaciones con niveles de competencias requeridas NCR 3 y 4, que se corresponde con niveles de formación CINE 5 a 8.
  • El de ocupaciones con niveles de competencias requeridas NCR 2, que se corresponde con niveles de formación CINE 2, 3 y 4.
  • El de ocupaciones con niveles de competencias requeridas NCR 1, que se corresponde con niveles de formación 0 y 1.

Así, entre las personas ocupadas con niveles de formación CINE 5 a 8 únicamente 5.945.2 trabajan en ocupaciones correspondientes a su nivel, resultando que 3.535.900 (37,5% del total) con los máximos niveles de formación, universitarios y FPGS, están haciendo tareas en ocupaciones que requieren menor nivel de formación, es decir trabajan en condiciones de sobrecualificación

Por otro lado, las ocupaciones con NCR 2, a finales de 2022 estaban cubiertas por 11.061.100 personas, pero de éstas únicamente 10.212.800 son personas con niveles de formación CINE 2 a 4, que son los adecuados para el desempeño de aquellas ocupaciones, resultando que únicamente 7.322.240 de ellas están ocupadas en su nivel, resultando en este grupo 1.742.900 personas sobrecualificadas y1.147.700, infracualificadas.

El mismo fenómeno de desajuste se produce entre las ocupaciones con NCR 1 resultando que de las 770.000 personas ocupadas en tareas que requieren nivel de formación CINE 0 y 1, únicamente 296.210 realizan tareas de este nivel y más del doble (473.800) realizan tareas de nivel superior, por lo que la diferencia hasta las 2.283.100 personas ocupadas en este nivel son persona sobrecualificadas de niveles superiores.

Gráfico 6. Distribución de la población con niveles de formación CINE 5 a 8, ocupada a finales de 2022, 2018 y 2015, según los Niveles de Competencias asociados. (EPA, 2015 T4, 2018 T4, 2022 T4, y elaboración propia).

Centrándonos en las personas ocupadas con nivel de educación superior (CINE 5 a 8), el gráfico 6 nos permite comparar la EPA de 2022 con las realizada en 2018 y 2015. En dicho gráfico se observa que el problema de sobrecualificación ha crecido con el paso del tiempo, pues la cifra de personas con niveles de formación CINE 5 a 8, que están ocupadas en actividades de menor nivel requerido (sobrecualificación), se ha incrementado en 704.510 desde 2015 (24,9%), con una tendencia creciente [12]. Este incremento puede interpretarse como escasez de puestos de trabajo en estos niveles de competencias (que se han incrementado en 1.359.160; 23,6%) o como un excesivo crecimiento de los ocupados con nivel de formación 5 a 8 (que se ha incrementado en 2.005.970; 26,8%).

Ahora bien, como se verá más adelante en el gráfico 7, la población española con nivel CINE 5 a 8 no es excesivamente más elevada que la media de los países OCDE y de la UE, ni tampoco lo es su crecimiento, por ello debe interpretarse como una falta de puestos de trabajo del más alto nivel de competencias requeridas (NCR 3 y 4), asociados a niveles de formación CINE 5 a 8. En este sentido lo plantea la Fundación CYD n su informe de febrero de 2023 [CYDSUP]: “El notable incremento del número de titulados superiores en las últimas décadas no ha ido acompañado de un aumento de la demanda por parte del tejido productivo español. Para hacer frente al problema de la sobrecualificación sería necesario que el sistema productivo español fuera capaz de generar más empleo de alta cualificación, especialmente en algunos perfiles claves para el futuro, como son los científicos, técnicos e informáticos, así como en el campo de la administración y dirección de empresas”.

Sin embargo, que las cifras de egresados en educación superior sean próximas a las de los países de nuestro entorno, puede no estar justificado si no existe demanda de ellos. Máxime cuando está constatada una clara escasez de egresados con cualificaciones inferiores.

5. Razones para los desajustes

Tras los análisis y reflexiones anteriores podemos resumir que en el desajuste entre el nivel educativo y las ocupaciones de la población española concurren tres problemas, dos de ellos ligados entre sí, de carácter fundamentalmente educativo y otro independiente de carácter económico-social:

  • Falta de puestos de trabajo que requieran cualificaciones profesionales de alto nivel, problema económico-social.
  • Reducido número de personas con cualificaciones intermedias frente al elevado número de personas con cualificaciones superiores, dos problemas imbricados entre sí, que tienen su origen en el sistema educativo.

Estando el primero fuera del alcance del presente trabajo, abordaremos los dos últimos a través del análisis de los datos que se disponen sobre el sistema educativo.

5.1. La situación española frente a Europa y la OCDE

El gráfico 7, tradicional en los informes anuales de la OCDE [13] refleja la composición de la sociedad adulta española, su evolución en los últimos años y su comparación con la media de la OCDE y de la UE 22. Se observa que:

  • En el nivel de educación terciaria (CINE 5 a 8, universidad y CFGS) mantenemos tasas de población en niveles similares a las medias de UE y OCDE.
  • En el nivel de postsecundaria no terciaria (CINE 3-4, Bachillerato y FPGM) nos situamos prácticamente en la mitad que la UE.
  • También es claro que, en los niveles más bajos de formación (CINE 0-2) duplicamos prácticamente las cifras medias de OCDE y UE.

Así podemos concluir que prácticamente los excesos de población con bajos niveles de formación coinciden con los déficits que presentamos en los niveles intermedios.

Gráfico 7. Evolución del nivel de formación de la población 25-64 años entre los años 2000 y 2021. Fuente: Panorama de la educación. Indicadores de la OCDE. 2022. Informe español y elaboración propia. [EAG-OCDE2022]

Respecto a la evolución temporal en la tasa de los niveles inferiores, si bien en España entre los años 2000 a 2010 se produjo una reducción importante, del 61,4% al 47,1%, en la última década se han mantenido una reducción en proporciones similares a las medias de OCDE y UE, aunque manteniéndose España en valores prácticamente doble de la OCDE y la UE. Esta similitud en el comportamiento temporal se aprecia también en niveles intermedios (CINE 3 y 4), manteniéndose tanto en OCDE como en UE valores similares desde el año 2000, y en España desde el año 2010. Esta similitud de comportamiento temporal también se da en el nivel superior (CINE 5 a 8), manteniéndose OCDE, UE y España en crecimientos similares, que en 2021 llegan prácticamente a doblar las cifras de 2000, pero en esta ocasión con cifras muy similares.

Aunque existen políticas nacionales en casi todos los países para reducir la tasa de población con los niveles inferiores de formación, si bien éstas se confirman positivas, no deja de ser relevante que estas reducciones no se traducen en un incremento de las tasas de población con nivel intermedio, sino que se traducen en un incremento del mismo orden en las tasas de población con nivel superior, al mantenerse las tasas de niveles intermedios en valores prácticamente constantes.

Es por ello que, manteniendo España una cifra en este nivel intermedio prácticamente mitad de la OCDE y UE, se plantean serias dudas de que podamos alcanzar en plazos cortos las cifras de esto países, pues, aunque en España la aprobación de la Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional (LO 3/2022, LOFP) [14], establece mecanismos que, de resultar eficaces en su aplicación, podrían contribuir a su solución. En este sentido también se pronuncia la Fundación CYD en su informe de febrero 2023 [CYDMED]: Para conseguir un mayor equilibrio en la fuerza de trabajo española, es necesario apostar por un modelo de formación que potencie la relevancia de los estudios de nivel medio, que encajaría mejor con la estructura productiva del país. Es importante poner en valor los estudios de formación profesional y potenciar la formación profesional dual; se espera que la nueva Ley de FP sirva para ello”

Ahora bien, situarnos en cifras porcentuales similares a las de UE 22, considerando que en España hay 26.293.000 personas en el grupo de edad 25-64, significaría reducir en 5.127.135 personas la cifra de personas en el grupo de CINE 0-2 (al pasar del 36,1% al 16,6%), e incrementar en 5.786.387 personas la cifra de personas con formación CINE 3-4, (al pasar del 23,2% al 45,2%.

Lo que ciertamente no es una tarea fácil en plazos de tiempo razonables, máxime si como se planteará más adelante, hay por medio cuestiones culturales más allá de las puramente técnicas.

El gráfico 8 que recoge la información relativa al grupo de edad entre 25 y 34 años, y por tanto más próximo a lo esperado en el futuro al tratarse de un grupo más joven, reflejándose pequeños cambios positivos pero que no hacen suponer acercamientos en plazos cortos.

Gráfico 8. Evolución del nivel de formación de la población 25-34 años entre los años 2000 y 2021. Fuente: Panorama de la educación. Indicadores de la OCDE. 2022. Informe español y elaboración propia. [EAG-OCDE2022]

Es de resaltar la elevada importancia que en la sociedad actual se atribuye a la población con nivel intermedio de formación (CINE 3 y 4), ya que, en las estructuras de la mayoría de las empresas, normalmente piramidales, se corresponde al nivel profesional que precisa de mayor número de profesionales. Así lo resalta el informe de la OCDE Panorama de la Educación [15]Una cualificación de segunda etapa de secundaria se considera, frecuentemente, como la mínima credencial para integrarse con éxito en el mercado de trabajo y es imprescindible para continuar hacia niveles superiores educativos. En muchos países, este nivel educativo no es obligatorio y puede durar de dos a cinco años. En general, la demanda de personas graduadas en la segunda etapa de educación secundaria está aumentando en todo el mundo, con el desarrollo de una variedad de itinerarios educativos. De hecho, la obtención de un título de educación secundaria superior es cada vez más importante en todos los países de la OCDE.”

Como ya ha dicho, en España, la educación secundaria superior (también conocida como postsecundaria obligatoria) comprende fundamentalmente el Bachillerato (CINE 32) y la FPGM (CINE 33), las carencias reflejadas en los gráficos 7 y 8, al referirse al máximo nivel alcanzado, son mayoritariamente personas con el nivel FPGM, dado que el nivel Bachillerato es un nivel de tránsito (propedéutico) hacia la universidad, y no ofrece ninguna cualificación profesional; así queda de manifiesto en el gráfico 9, en el que se observa las grandes diferencias con las medias UE, manteniendo unas tasas próximas en el nivel CINE 32 (Bachillerato) y menos de la mitad en CINE 33 (FPGM) [16]

Gráfico 9. Tasas de la población adulta (25-34 años) según los niveles de formación alcanzados Bachillerato, FPGM y FPGS, tanto en España como los valores medios de OCDE y EU. Fuente: OCDE.Stat. https://stats.oecd.org/# y elaboración propia.

El gráfico 9 además de poner de manifiesto que nuestro problema de bajas tasas de personas con formación postsecundaria obligatoria está en los graduados FPGM, y no en Bachillerato, nos muestra también que la evolución en el tiempo del número de aquellos es mínima, aunque positiva, pues en los tres años evaluados el crecimiento ha sido prácticamente nulo en este grupo de edad (11,8% frente a 11,6% en 2018), lo que plantea serias dificultades para alcanzar en un plazo de tiempo razonable las tasas medias de la OCDE y menos aún de la UE.

La práctica imposibilidad de conseguir en corto plazo de tiempo los desajustes ya expuestos, entre las personas con formación superior (CINE 5 a 8) y las personas con formación intermedia FPGM (CINE 33), se ratifica con las cifras de mínimo crecimiento de estos últimos mostradas en el gráfico 9, frente al crecimiento más notable en los niveles de educación superior CINE 5 a 8 (FPGS, Grado y Máster) que se observa en el gráfico 10, crecimiento que es bastante significativo tanto en España como en la OCDE y EU. España en la población con Grado ha crecido 2,8 puntos porcentuales, 1,5 en FPGS y 0,2 en Máster.

Gráfico 10. Evolución entre 2018 y 2021 de las tasas de población con nivel de educación superior (CINE 5 a 8), en el grupo de edad 25-35 años para España y las medias OCDE y EU. Fuente: OCDE.Stat. https://stats.oecd.org/# y elaboración propia.

5.2. Alumnado en secundaria postobligatoria o secundaria superior [17]

Si como ya se ha visto comparativamente con la OCDE y la EU, España no tiene excesivo número de personas con educación superior, desde el punto de vista educativo, el problema del desajuste existente debe entenderse como la falta de profesionales con niveles medios, FPGM. Otra cosa es, si en el mercado de trabajo hay puestos de trabajo para niveles superiores y si además, el crecimiento del número de personas con educación superior sigue creciendo a mayor ritmo que quienes tienen nivel medio.

Esta diferencia entre los crecimientos en los ciudadanos con niveles educativos medio y superior, que ya hemos comentado al analizar el colectivo de personas con 25 a 34 años, se ve con mucha mas claridad cuando se analizan directamente las cifras de ciudadanos que finalizan unos u otros estudios, lo que podemos hacer sobre el gráfico 11, que nos muestra las cifras de egresados en nivel medio, FPGM, y en los dos primeros niveles de la educación superior FPGS y Grado. Ahí se observa la enorme desproporción que, año tras año, se mantiene entre los egresados con niveles de formación superior y nivel medio, y que superan a favor de los primeros la ratio de 4 a 1. Por otro lado, si bien en el curso 2020-21 se aprecia un incremento importante en el número de egresados de nivel medio, FPGM, también lo ha experimentado y en la misma proporción, los egresados de nivel superior, con lo cual se mantiene el desajuste.

Gráfico 11. Evolución del número de alumnos egresados en niveles de formación con capacidades profesionales nivel medio (CFGM, CINE 33-38) y superior (CFGS, Grado). Fuente: MECFP. EDUCAbase, y elaboración propia.

Así, y con el ánimo de buscar causas y soluciones, se propone retrotraer la mirada al momento educativo en el que los alumnos finalizan la etapa de educación obligatoria, es decir cuando los alumnos finalizan la ESO.

Al finalizar el nivel se secundaria obligatoria, ESO (16 años), las opciones de continuidad de estudios que se ofrecen a los alumnos son: FPGM o Bachillerato [18]. Quienes finalizan el nivel FPGM obtienen la correspondiente cualificación profesional de nivel medio (Técnico, CINE 33), y su itinerario natural de estudios será la FPGS, sin continuidad natural y razonable en la universidad. Quienes finalizan Bachillerato (sin cualificación profesional), tienen como camino natural y razonable la universidad, a la que accederán mayoritariamente para alcanzar su primera cualificación profesional que será de alto nivel.

El gráfico 12 nos muestra la evolución de las cifras de egresados en los niveles de postsecundaria obligatoria, donde claramente los egresados en Bachillerato duplican las cifras de egresados en FPGM, y el gráfico 13 nos muestra las cifras de los graduados por primera vez en estos niveles (Bachillerato, y CFGM) en diversos países de la UE y de la OCDE.

Gráfico 12. Evolución del número de alumnos egresados en postsecundaria obligatoria, CFGM, CINE 38 y Bachillerato (CINE 32) Fuente: MECFP. EDUCAbase, y elaboración propia.

Gráfico 13. Distribución de las personas graduadas por primera vez en segunda etapa de educación secundaria según el tipo de programa: Bachillerato (titulación general) o CFGM (titulación profesional). Fuente: Education at a­ Glance 2022. Tabla B3.1 y elaboración propia. [EAG2022]

Se observan dos datos relevantes:

– España está lejos de los países de la UE que consideramos referencia para nuestro desarrollo económico, industrial y social, en los cuales las cifras de graduados en ambos niveles se aproximan a la igualdad (Alemania) o se invierten respecto a España (Italia, Suiza).

– La relación superior a 2 mostrada en el gráfico 12 se reduce a 1,8 (España) cuando el número de graduados se reduce a la consideración de serlo por primera vez en este nivel de secundaria.

Esto último pone de manifiesto la realidad de la sociedad española al considerar a la Formación Profesional como segunda opción, el sentimiento social es que “la FP es para mis vecinos, no para los míos” en palabras de un alto cargo de la Administración educativa. Pero ello no sólo responde a una cuestión cultural, sino fielmente al diseño del sistema educativo [19] que se mantiene desde 1970 [20], aunque con avances, pero no decisivos1

  • Los estudios de Bachillerato son estudios propedéuticos, preparatorios para el ingreso en la universidad y, por tanto, por un lado, no confieren cualificación profesional alguna, y por otro lado constituyen el camino natural (y único de forma razonable) para alcanzar las cualificaciones profesionales de nivel universitario.
  • La Formación Profesional es una puerta de salida hacia el mundo del trabajo para quien no puede seguir por el camino natural hacia la universidad.

Esta consideración de segunda opción se pone de manifiesto, una vez más, al analizar los gráficos 14 y 15, que muestran nuestra posición en relación con otros países de la UE y la OCDE.

El gráfico 14 nos muestra, para diversos países de la OCDE y la UE, la edad media a la que se obtiene la primera graduación entre quienes realizan estudios de postsecundaria obligatoria en programas de carácter general (en nuestro caso Bachillerato) y quienes lo hacen en programas de carácter vocacional (en nuestro caso FPGM). Ahí se observa la elevada edad a la que finalizan los alumnos de FPGM respecto de países de nuestro entorno que en muchas ocasiones tomamos como referencia. Ello es un claro indicador de que los estudios son considerados socialmente como de una segunda opción frente a los estudios de Bachillerato, acudiendo a ellos bien cuando se ha fracasado en éstos e incluso realizarse después de estos en busca de unas mayores oportunidades de trabajo al no visualizar en su futuro unos estudios universitarios.

Gráfico 14. Edad media de la primera graduación en los estudios de segunda etapa de educación secundaria según el tipo de programa, general (Bachillerato) o profesional (FPGM) en diversos países de la UE y de la OCDE. Fuente: Education at a­ Glance 2022. Tabla B3.1 y elaboración propia. [EAG2022]

El gráfico 15 nos muestra las tasas de escolarización en programas generales (Bachillerato) y profesionales (FPGM) para los 17, 18, 19 y 20 años de edad [21]>, según datos del año 2020, tomado del informe Panorama de la educación de la OCDE, en el que se concluye que: “En España, la transición a educación terciaria se realiza antes que la mayoría de los países. El 41 % de los españoles de 18 años están en educación terciaria, frente al 19 % de la media OCDE y el 16 % de la media UE22. A esa edad, el porcentaje de jóvenes en formación profesional es del 19 % en España, del 25 % en la media OCDE y del 33 % en la UE22. También son mayores los porcentajes de población en educación secundaria general, con un 30 % de media en la OCDE y un 35 % en la UE22, frente al 15 % de España.

Gráfico 15. Tasa de incorporación a los estudios de nivel terciario (Universidad y FPGS) y secundaria postobligatoria según el programa, general (Bachillerato) o vocacional (FPGM) y según la edad. En España y promedio de los países de la UE y la OCDE. Fuente: Panorama de la educación. Indicadores de la OCDE. Informe español 2022, y elaboración propia.

Es necesario resaltar que en el año pasado se aprobó la Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional (LO 3/2022) que en su artículo 2 establece: “La finalidad de la norma es regular un régimen de formación y acompañamiento profesionales que, sirviendo al fortalecimiento, la competitividad y la sostenibilidad de la economía española, sea capaz de responder con flexibilidad a los intereses, las expectativas y las aspiraciones de cualificación profesional de las personas a lo largo de su vida y a las competencias demandadas por las nuevas necesidades productivas y sectoriales tanto para el aumento de la productividad como para la generación de empleo”.

Los efectos de esta legislación evidentemente no serán inmediatos y menos cuando en estos momentos se está tramitando la legislación que la desarrolla [22], y aunque tendrá efectos positivos para mejorar la estructura de las cualificaciones en los niveles medios, el autor mantiene serias dudas sobre su eficacia para revertirla en un plazo de tiempo razonable. Para profundizar en detalles y argumentos se recomienda el trabajo “La nueva Ley de FP. Aciertos y retos [23].

Es obvio que ante la ausencia de camino natural y razonable desde la FP hacia la universidad (cualificaciones profesionales de alto nivel), la opción Bachillerato-universidad sea la mayoritariamente elegida.

6. Un apunte sobre el sector industria[24]

Considerando el enorme esfuerzo político y las enormes cifras económicas que a través de los fondos Next Generation se está produciendo, para conseguir que España despegue en el sector industrial, ha parecido de interés promover una reflexión sobre la información que a través de los microdatos ofrece la EPA.

Cuadro 6. Distribución de las personas ocupadas según los grandes grupos ocupacionales y los sectores. Fuente: EPA 2022T4, microdatos y elaboración propia.

Así el cuadro 6 nos indica que de los 20.463.900 de personas ocupadas a finales de 2022, únicamente el 14,34% lo hacen en el sector industria, cifra cinco veces inferior a quienes se ocupan en el sector servicios (74,83%). Igualmente resulta relevante la elevada cifra de ocupados del grupo “técnicos y profesionales científicos e intelectuales” correspondiente al sector servicios, con el 92% de todos los ocupados en este grupo, frente al 6,13% en el sector industria.

En los análisis realizados en el ámbito de las cualificaciones profesionales y los niveles formativos, el gráfico 16 nos muestra las cifras de las personas ocupadas en los sectores industria y servicios según el nivel de formación alcanzado. Aquí también se pone de manifiesto la enorme desproporción que existe entre los sectores servicios e industria en relación con el nivel de educación superior.

De toda la población con nivel de educación superior ocupada en todos los sectores, el sector servicios ocupa a cerca del 83% frente al 12,4% ocupados en la industria. Cifras de orden similar se observan para los niveles educativos inferiores.

Gráfico 16. Distribución de las personas ocupadas en los sectores servicios e industria según el nivel de formación alcanzado. Fuente: EPA 2022T4, microdatos, y elaboración propia.

Por otro lado, en relación con los ocupados en el sector industria, el gráfico 17 pone de manifiesto, una vez más, el desajuste que representa la enorme relación existente entre los ocupados con nivel de educación superior (40,1%) y la baja tasa de ocupados con nivel de cualificación FPGM (13,1%), que en un contexto productivo normalmente es el grupo principal de la actividad. Es de igual relevancia la alta cifra de ocupados (46,8%), correspondiente a personas cuyo nivel de formación es Bachillerato y menos, personas sin ninguna cualificación profesional, lo que hace suponer que las actividades demandadas no sean de mucha especialización.

Gráfico 17. Distribución de las personas ocupadas en el sector industria según el nivel de formación alcanzado. Fuente: EPA 2022T4, microdatos y elaboración propia.

Una fotografía más precisa y detallada de las ocupaciones en el sector industria la podemos obtener del análisis del cuadro 7, en el que reflejan, a finales de 2022, el número de personas ocupadas, los niveles de formación que poseen y las ocupaciones de éstas.

Formación alcanzada / requerida: sobrecualificados, Infracualificados, Ajustados. CNO: Clasificación Nacional de Ocupaciones. CINE: Clasificación Internacional Normalizada de la Educación.

Cuadro 7. Número de personas ocupadas según el grupo ocupacional y el nivel de formación alcanzado. Fuente EPA 2022T4, microdatos y elaboración propia.

Resultan llamativas las altas cifras de personas con educación superior que ocupan puestos de los grupos 7 y 8, que se corresponden con niveles de educación secundaria o menos. Lo anterior nos conduce una vez más a unas altas cifras de personas ocupadas con sobrecualificación (o subempleadas) tal como se analiza en el gráfico 18. En este gráfico se muestra como el número de personas con nivel de formación CINE 5 a 8 excede en 565.900 (48,2%) personas al número de ocupaciones que demandan este nivel de formación, por ello podemos hablar de un nivel de sobrecualificación entre ocupados con nivel de formación superior del 48,2%.

Gráfico 18. Distribución de la población ocupada en el sector industria a finales de 2022, según los Niveles de Competencias asociados a las ocupaciones y los niveles de Formación alcanzados por quienes las realizan. (EPA 2022T4, microdatos y elaboración propia).

7. Conclusiones

Al reescribir este capítulo de conclusiones sobre lo expresado en el trabajo “La EPA, más allá de las cifras del paro” de hace cuatro años, no es fácil escribir nada nuevo sobre lo expresado entonces, si no es que las conclusiones de ahora son muy similares a aquellas pues las cifras y los desajustes allí expuestos son también muy similares a los aquí planteados, y así se vuelven a reproducir, con el añadido de la opinión del autor que, basada en los datos expuestos en los capítulos anteriores, se atreve a plantear que los desajustes expuestos no se solucionarán en plazos razonables, dada la persistencia en el tiempo de dichos desajustes.

La reflexión en torno al desajuste entre los niveles de formación alcanzado por las personas y el nivel de formación requerido por las ocupaciones realmente desarrolladas, puede plantearse bajo la óptica de la oferta (hay excesivo número de personas con niveles de formación elevado, fundamentalmente universitarias?), o bajo la óptica de la demanda (el trabajo ofrecido por las empresas es de baja calidad, que conlleva demanda de personas con niveles de formación medio y bajo?), pero lo que si se aparece como evidente es el desajuste entre el sistema educativo y el mundo del trabajo. Sin embargo, al comparar las cifras con los países de nuestro entorno (OCDE y EU) es claro que el número de personas con nivel de formación superior no es excesivo.

No se debe olvidar que estos desajustes entre el sistema educativo y el mundo del trabajo tiene un elevado coste no sólo económico (gasto en formación innecesaria y no utilizada) sino y, sobre todo, en ilusiones frustradas y en desmotivaciones de las personas para afrontar su necesaria formación a lo largo de la vida, cuando se enfrentan al desarrollo de tareas para las que no ha sido preparado, de nivel inferior a su formación y muchas veces con edades impropias para un aprendizaje tardío.

Por otro lado, es opinión del autor, expresada en otras ocasiones [25], que estos desajustes entre el sistema educativo y el mundo laboral son consecuencia directa del diseño de nuestro sistema educativo, según el cual el cual la preparación para trabajar en ocupaciones de nivel no universitario (Formación Profesional) se hace a través de puertas de abandono (por fracaso académico o exclusión social), marcando así socialmente a quienes han de cruzar dichas puertas, lo que produce un evidente rechazo hacia esta formación en el tránsito por el sistema educativo, optándose preferentemente por no salir del sistema principal, el cual conduce a que la primera cualificación profesional (y generalmente la única) sea de nivel universitario (Grado, CINE 6).

Ahora bien, también ha de contemplarse que el paso por la Formación Profesional no ha de producirse (como sucede ahora) con una merma en su formación cultural, en humanidades y valores, frente a quien cursa Bachillerato, pues si estos necesitan esta formación para un acceso digno a la universidad, tanto o más lo necesitan quienes acceden a puestos de trabajo con cualificaciones intermedias, constituyendo el núcleo social más numeroso en una sociedad razonablemente estructurada.

Esta llamada a racionalizar el sistema educativo para conseguir acercar la estructura de cualificaciones profesionales de la sociedad a la demanda que existe en el mundo laboral, no debe entenderse como una petición a la implantación de vetos o restricciones para acceder a los estudios universitarios, sino que el acceso a un número elevado de éstos se produzca de forma escalonada, natural y racional tras la consecución de cualificaciones profesionales intermedias (Formación Profesional), lo que induciría de forma natural una estructura de cualificaciones profesionales más piramidal, acorde con la habitual demanda empresarial.

Más aún, cuando la Formación Profesional se configure como un camino aplicado que permita alcanzar de forma natural y razonable la formación universitaria, tras el paso por cualificaciones profesionales intermedias, estaríamos en camino de conseguir que muchos ciudadanos busquen en la formación universitaria mejorar sus niveles de cultura y conocimientos para crecimiento personal, y no tanto buscando una más alta cualificación profesional como ahora sucede; ya que al disponer de una cualificación de nivel intermedio, y posiblemente ejercerla, puede considerarlo suficiente para el acceso a un trabajo decente, hecho que como ha quedado reflejado no se garantiza actualmente por el hecho de haber alcanzado las cualificaciones profesionales de alto nivel (CINE 5 a 8).

Referencias.

[1] CINE, Clasificación Internacional Normalizada de la Educación, UNESCO, [CINE 2014]

[2] FPGM, Formación Profesional de Grado Medio.

[3] EU, Unión Europea

[4] Coherente con una clara falta de inversión industrial.

[5] Microdatos es una pestaña de la web de la EPA, a través de la cual se pueden acceder a los datos primarios: https://www.ine.es/dyngs/INEbase/es/operacion.htm?c=Estadistica_C&cid=1254736176918&menu=resultados&idp=1254735976595#!tabs-1254736030639. Al acceder a los mismos, el INE realiza la siguiente consideración “El INE no se responsabiliza de los resultados que los receptores de los datos obtengan a partir de estos ficheros basados en sus propios cálculos. Además, los receptores se comprometen a citar, en cualquier publicación obtenida a partir de ellos, al INE como fuente del dato primario (fuente: INE, www.ine.es), así como a que el grado de exactitud o fiabilidad de la información derivada por elaboración propia de los autores es de la exclusiva responsabilidad de estos”.

Agradezco a mi hijo Antonio Arenas, Ingeniero del ICAI, la ayuda prestada en la gestión y tratamiento de dichos datos.

[6] , es un término empleado por la OIT: Trabajo decente es un concepto que busca expresar lo que debería ser, en el mundo globalizado, un buen trabajo o un empleo digno. El trabajo que dignifica y permite el desarrollo de las propias capacidades no es cualquier trabajo; no es decente el trabajo que se realiza sin respeto a los principios y derechos laborales fundamentales, ni el que no permite un ingreso justo y proporcional al esfuerzo realizado, sin discriminación de género o de cualquier otro tipo, ni el que se lleva a cabo sin protección social, ni aquel que excluye el diálogo social y el tripartismo. https://www.ilo.org/americas/sala-de-prensa/WCMS_LIM_653_SP/lang–es/index.htm

[7] La definición de los términos empleados puede verse en [EPA 2005].

[8] En general, es el conjunto de personas de unas edades determinadas que, en un período de referencia dado, suministran mano de obra para la producción de bienes y servicios económicos o que están disponibles y hacen gestiones para incorporarse a dicha producción. En la Encuesta de Población Activa el grupo de edad considerado es 16 y más años, dado que los 16 años es el límite de escolarización obligatoria y la edad mínima legal para trabajar.

[9] Universitarios, FPGS y FPGM.

[10] La Clasificación Nacional de Ocupaciones (CNO) engloba las diversas ocupaciones en diez grandes grupos.

[11] En su documento Introducción a la CNO-11 [CNO 2011], encuadra las ocupaciones en cuatro niveles de competencias requeridas (NCR) para su ejecución, estableciendo, a su vez, una correspondencia entre estos cuatro niveles y los niveles de formación CINE. Así, los 10 Grandes Grupos Ocupacionales (GGO) se relacionan con los Niveles de Competencias (NC): GGO 1- NCR3 y 4; GGO 2- NCR 4; GGO 3- NCR 3; GGO 4, 5, 6, 7 y 8- NCR2; GGO 9- NCR1; GGO 0- NCR1, 2 y 4. A su vez estos cuatro niveles se relacionan con los niveles de formación (CINE): NCR1-CINE10; NCR2- CINE2,3 y 4; NCR3-CINE5; NCR4-CINE6,7 y 8.

[12] Este desajuste ha sido puesto también de manifiesto en el informe de la fundación CYD: “sobrecualificación de los graduados superiores y el desajuste entre oferta y demanda de empleo”: https://www.fundacioncyd.org/el-informe-cyd-expone-la-sobrecualificacion-de-los-graduados-superiores-y-el-desajuste-entre-oferta-y-demanda-de-empleo/

[13] Education at a Glance 2022. OECD INDICATORS. https://www.oecd-ilibrary.org/docserver/3197152b-en.pdf?expires=1677864915&id=id&accname=guest&checksum=C92046D1FC0E2E1416AA44D45202BF84

[14] https://www.boe.es/buscar/pdf/2022/BOE-A-2022-5139-consolidado.pdf

[15] Panorama de la Educación. Indicadores de la OCDE 2022. Informe español. [PEI-OCDE2022] https://sede.educacion.gob.es/publiventa/descarga.action?f_codigo_agc=24121 y el informe original: Education at a Glance 2022. https://www.oecd.org/education/education-at-a-glance/ [EAG-OCDE2022]

[16] El nivel CINE 38 corresponde a los graduados en Formación Profesional Básica, que en número representan cantidades muy bajas, aunque a veces se incorporan al ser personas con una cualificación profesional.

[17] La educación secundaria postobligatoria (también conocida como secundaria superior o segunda etapa de educación secundaria) en España comprende fundamentalmente el Bachillerato (CINE 32) y la FPGM (CINE 33).

[18] Siendo en España la edad de 16 años la mínima para trabajar en claro que algunos alumnos al finalizar ESO se incorporan al mundo del trabajo, hecho que no siendo deseable se intenta evitar, potenciando obtener una formación de nivel secundaria postobligatoria. Este fenómeno se conoce como abandono temprano de la educación y formación, que en España en el 2021 se situó en el 16,7% para hombres y en el 9,6% para mujeres https://www.ine.es/jaxiT3/Tabla.htm?t=12543

[19] En opinión del autor, este hecho incuestionable, está detrás de numerosas críticas sobre la falta de nivel entre alumnos universitarios, algunas de las cuales han tenido fuerte eco en los medios de comunicación, aparte del hecho constatado de que el abandono en el primer curso de los estudios de Grado alcanzó el 13,2% en el curso 2018-19 según estadísticas del Ministerio de Universidades. http://estadisticas.mecd.gob.es/EducaJaxiPx/Datos.htm?path=/Universitaria/Indicadores/2022/1_Grado//l0/&file=AbandonoSUE_Grado_Tot.px&type=pcaxis

[20] Ley General de Educación del ministro José Luis Villar Palasí, que puso en valor a la Formación Profesional al incorporarla en el sistema educativo, y quizá fuera adecuado la consideración de puerta de salida hacia el mundo laboral.

[21] Téngase en cuenta que edad natural de decidir una u otra opción es precisamente 17 años, al finalizar la ESO a los 16 años.

[22] Proyecto de Real Decreto XX/2023, de XX DE XXX por el que se establece la ordenación del sistema de Formación Profesional. https://www.educacionyfp.gob.es/dam/jcr:92053d58-fd7c-4ca6-990a-31958525577d/20230218-proyecto-rd-ordenacion-fp-v-completa-5.pdf

[23] https://www.icai.es/la-nueva-ley-de-fp-aciertos-y-retos/

[24] En el sector industria se han agrupado las actividades de código CNAE 1, 2 y 3. [CNAE09]

[25] Ver el estudio-informe “Formación profesional, el camino razonable hacia una sociedad de profesionales” publicado en diciembre de 2017 por la Universidad Comillas con la colaboración de la Asociación Nacional de Ingenieros del ICAI.

Antonio Arenas AlonsoDoctor Ingeniero del ICAI
Cursó estudios de Oficialía y Maestría Industrial y en 1970 finalizó sus estudios de Ingeniero Técnico Industrial en el ICAI (Universidad Pontificia Comillas), en 1983 como Ingeniero Industrial, alcanzando el grado de doctor en 1999. Tras iniciarse como docente en las Escuelas de Formación Profesional Padre Piquer, en 1970 inició su actividad en el ICAI, primero como profesor de prácticas y posteriormente docencia en Medidas Mecánicas, Potencia Fluida, Mecánica de Fluidos, Turbomáquinas y Termodinámica. Tras ocupar diversos cargos de gestión en la Universidad Comillas, actualmente está jubilado y es miembro de número del Observatorio Industria 4.0.

Ha sido Premio Javier Benjumea en 2022, en su XXVIII Edición.